Jedidiah McBride había viajado a Inglaterra para buscar a un hijo al que no conocía, y allí encontró la pasión sincera de la aristócrata Victoria Thorn. Pero los dos provenían de mundos distintos, y la triste historia de Jed demostraba que su relación estaba condenada al fracaso. Pese a descender de amantes legendarios, Lady Victoria Thorn temía no encontrar nunca un amor verdadero. Es más, las normas sociales exigían que preservara su apellido con un enlace seguro y apropiado.
¿Con qué ojos miraría entonces la aristocracia inglesa a Jedidiah McBride, un marino norteamericano que había desembarcado en el corazón desprevenido de Victoria?
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