Todo el mundo hacía siempre lo que North Black deseaba… todo el mundo menos ella. Y era precisamente Melody Woods la persona que él más quería poder controlar. No podía apartar de su mente el recuerdo de su maravilloso cuerpo desnudo y de la única noche que habían compartido. Ella se había escabullido de su cama con la inocencia intacta y, mientras se había dedicado a viajar por el mundo, el deseo que North sentía por ella no había hecho nada más que aumentar. Ahora que Melody había vuelto a Texas y que parecía desearlo del mismo modo que él a ella, a North le resultaba cada vez más difícil cumplir la promesa que se había hecho a sí mismo de mantenerse soltero para siempre…
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